¿Por qué es tan exitosa?
La popularidad de esta regla radica en que es diferente. En nuestra cultura, desde la infancia aprendemos a gestionar nuestros ingresos. Para ello, lo habitual es hacer un gasto razonable de esa cantidad durante un periodo determinado de tiempo e ir restándolo a los ingresos. La cantidad sobrante es la que podemos ahorrar.
El problema, es que nuestros gastos siempre se equiparan a nuestros ingresos, e incluso cuando los ingresos aumentan, tendemos también a gastar más. Por ello, el objetivo de ahorro no siempre se cumple, al menos no al nivel que nos gustaría.
La regla 50-20-30 rompe con esta forma de gestionar las finanzas, y nos obliga a computar el 20% de nuestros ingresos de forma fija como un gasto, destinado eso sí, al ahorro. De esta manera, a tus ingresos deberás descontarle siempre esta cantidad y acostumbrarte a no disponer de ella para que mes a mes consiga aumentar.
Si te ha interesado este contenido, te recomendamos: