Si tienes hipoteca o estás pensando en firmar una para hacerte con la casa de tus sueños, es probable que ya estés prestando atención a esa palabra: Euribor.
Si tienes hipoteca o estás pensando en firmar una para hacerte con la casa de tus sueños, es probable que ya estés prestando atención a esa palabra: Euribor.
El Euribor es la principal referencia que utilizan las entidades bancarias de la Zona Euro para fijar el tipo de interés al que prestan el dinero. Significa Europe Interbank Offered Rate y lo fija la Federación Bancaria Europea tras consultar los tipos de interés con los que operan todas las entidades bancarias y crediticias de dicha zona.
Pero además, el Euribor tiene un peso específico en las hipotecas a interés variable, pues este interés se compone de dos cifras: un diferencial, que es la parte fija, y un índice de referencia, el Euribor, que es la parte que cambia. Por eso, si el Euribor sube, las cuotas de las hipotecas variables también suben.
Pero así es: la crisis económica obligó al Banco Central Europeo a bajar los tipos de interés de forma que el crédito para hogares y empresas fuera más accesible, en una coyuntura especialmente dura para las familias.
La media mensual del Euribor durante los últimos 10 años está situada en 1’63, que ya es baja, pero es que la de los últimos 5 años se encuentra en 0’2. Gracias a esto, las hipotecas se han mantenido muy asequibles.
Lo natural es que en los últimos 12 meses el Euribor hubiera empezado su remontada. No había un solo experto que no barruntara la tendencia alcista. Y es que un tipo de interés tan minúsculo es favorable para endeudarse, pero no para invertir, pues las rentabilidades son escasas.
Por tanto, los expertos esperaban que, a medida que se fueran superando los últimos estragos de la crisis, los tipos de interés, y con ellos el Euribor, fueran subiendo poco a poco. Algunas entidades estimaban que el Euribor rondaría cifras positivas, aunque rasas, a lo largo de todo 2019 y que, ya en 2020, podría alcanzar el 0’5% o el 0’7%, lo que aún así sería un tipo todavía muy bajo.
Pero, ¿Llegó esa tendencia alcista? No. Tras cinco subidas consecutivas, el Euribor bajó en febrero hasta el -0,288%. Sin abandonar las cifras negativas. ¿A qué se ha debido? A la entrada en escena de un invitado que nadie se esperaba: el coronavirus.
Con la economía y la productividad paralizadas por este incómodo bichito, los augurios de los expertos han cambiado radicalmente: si la pandemia persiste, el BCE bajará aún más los tipos: es previsible que el Euribor profundice su descenso y se aproxime al mínimo que alcanzó en agosto de 2019, -0,356. Buenas noticias para los deudores, y malas para los prestadores.
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